Return to Topic >>

11. El fin de los tiempos

Oración de apertura: Padre celestial, Jesús prometió volver a juzgar a los vivos y a los muertos. Enséñanos más sobre el Día del Juicio Final, de manera que esté listo para su regreso. En el nombre de Jesús. Amén.


¿Alguna vez se ha preguntado cómo será estar presente cuando Jesús regrese y este mundo llegue a su fin? Todos parecen tener algún pensamiento, idea o teoría sobre el fin del mundo. Incluso hay algunos grupos que con osadía predicen, con supuesta exactitud, cuándo ocurrirá el fin del mundo, ¡y ya lo han hecho varias veces a lo largo de la historia! Pero, si de algo podemos estar seguros, es que cualquier predicción es errónea:



11.1 ¿Qué dice la Biblia acerca de la segunda venida de Cristo?
En realidad, ¡mucho! Para empezar, sabemos que Jesús regresará de manera similar a como se fue, y que todos lo verán y conocerán de forma instantánea. Además, se nos pide estar preparados para resistir las falsas enseñanzas que abundarán al acercarse el fin de este mundo.



11.2 ¿Qué hará Jesús cuando venga otra vez?
La Biblia enseña que, cuando Jesús venga otra vez, hará una serie de cosas.

1. Resucitará a los muertos:


2. Juzgará a todas las personas:


3. Acabará con este mundo lleno de problemas, y creará un cielo y una tierra nuevos que serán perfectos:



11.3 ¿Qué pasará con los creyentes cuando Jesús regrese?
Cuando Jesús vuelva, inmediatamente sanará y transformará los cuerpos de todos los creyentes que viven, y los hará inmortales. También hará que los espíritus de quienes han muerto en la fe se reúnan con sus cuerpos perfectos resucitados. Entonces disfrutaremos de paz y felicidad en la vida eterna junto a Dios.


11.4 ¿Qué sucede cuando muere un creyente?
Uno de los pasajes más famosos de las Escrituras sobre el tema, es cuando el ladrón en la cruz al lado de Jesús confesó su culpa y oró: "Acuérdate de mí cuando llegues a tu reino". Jesús le dijo: "De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso" (Lucas 23:42-43). A través de esta promesa Jesús reveló que, luego de nuestra muerte, nuestras almas estarán al instante con él. Esta verdad es una alegría eterna para recibir con los brazos abiertos.



11.5 ¿Debo tener miedo de todo esto?
Eso depende de su fe. Si se arrepiente de sus pecados, y confía en que Dios le perdona sus pecados por el sacrificio que Jesucristo hizo en la cruz, no tiene nada que temer con respecto al fin del mundo. Al contrario, ese día será un día de gran alegría, ¡porque nuestro salvador Jesús regresará para restaurar la creación y a todos los creyentes!


Con fe en Cristo no hay nada que perder y mucho que ganar con el regreso de Jesús al final de los tiempos. Esta es la razón por la que de vez en cuando se escucha a los cristianos decir algo así como: "Señor, ven pronto". Porque él va a poner fin a todo el dolor, el sufrimiento y el pecado que tenemos que soportar en este mundo. Esto dará paso a una vida eterna con Dios en justicia, inocencia y bienaventuranza sin fin.


11.6 ¿Qué sucede con las personas que no creen en Jesucristo como su Salvador?
Quienes rechazan a Cristo recibirán el castigo eterno en el infierno. Es por ello que los cristianos sienten la necesidad imperiosa de compartir el Evangelio de Jesús: para que la mayor cantidad de personas se puedan librar del infierno.


La muerte corporal es resultado del pecado. Al morir, el espíritu de una persona incrédula abandona el cuerpo y sufre el dolor y tormento del infierno mientras espera el regreso de Jesús en el Día del Juicio, cuando el cuerpo será resucitado y se reunirá con el alma para sufrir en el infierno para siempre.


Puede ser difícil aceptar que un Dios amoroso castigue a sus criaturas de forma tan terrible. Pero la Biblia es muy clara al respecto, sin dejar lugar a dudas o ilusiones. Dios es absolutamente santo y justo. Él demostró su gracia y amor al proporcionar un Salvador de ese tormento. Pero cuando una persona por la que Cristo murió rechaza el camino de la salvación, entonces Dios con justicia le condena a la pena eterna del infierno.



11.7 ¿Cuándo se decide mi destino eterno?
Mi destino eterno se decide por mi estado de fe o incredulidad en el momento de mi muerte. Después de morir ya no podemos cambiar nuestra condición; no hay una segunda oportunidad, ni una oferta especial de gracia y perdón. Para los muertos resucitados, el juicio final no es más que el gran final del mundo actual. Su destino eterno ya se pronunció de forma individual en el momento de su muerte. En el juicio, la sentencia será confirmada públicamente. Quien muere en la fe no tiene que temer por su alma después de la muerte, ni por su cuerpo y alma en el Día del Juicio.


11.8 ¿Entonces mi cuerpo se levantará de la tumba?
¡Sí! Esta promesa de Dios la repetimos cada vez que nos reunimos a adorar, a través de una de las antiguas confesiones cristianas (credos) de fe, y es la razón por la cual a menudo decimos que Jesús es el "primogénito de entre los muertos" (ver Apocalipsis 1:5). En realidad, todas las personas se levantarán de sus tumbas, creyentes y no creyentes por igual. Lo que será diferente será el destino final de cada uno: los creyentes serán recibidos en el gozo del cielo, mientras que los no creyentes irán al infierno.


11.9 ¿Voy a tener cuerpo en el cielo?
El libro de Génesis describe el Jardín del Edén como un mundo físico donde Adán y Eva caminaron y hablaron en la presencia de Dios. La Biblia describe los nuevos cielos y la nueva tierra de una manera muy parecida: un lugar físico glorioso donde viviremos con nuestros cuerpos resucitados.


Dios describe este mundo perfecto en el que vamos a vivir para siempre en el Antiguo y el Nuevo Testamento:



11.10 ¿Cuál es la mejor manera de vivir hasta entonces?
Con fe en la Palabra de Cristo estamos a salvo, no importa si el mundo se acaba mañana o si morimos en un accidente automovilístico esta noche. Por lo tanto, al tener fe podemos disfrutar de la expectativa de las cosas maravillosas por venir, y al mismo tiempo compartir nuestra esperanza con tantas personas como quieran escuchar.


Oración final: Señor Jesús, por tu sufrimiento y muerte has quitado mis pecados para que sea digno de estar ante tu tribunal. Guárdame en esta fe por medio de tu Espíritu Santo, para que esté siempre preparado para el día de tu retorno. Amén.