Return to Topic >>

7. La oración

Oración inicial: Padre Celestial, gracias por hacerme hijo tuyo a través de Jesucristo. Enséñame a orar, para que pueda compartir mi vida contigo y estar seguro de que vas a escuchar y responder a mis oraciones. En el nombre de Jesús. Amén.


7.1 ¿Qué es la oración?
La oración es simplemente hablar con Dios, comunicarse con el Dios vivo y verdadero: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. La oración es un regalo de Dios para nosotros. Como nuestro Padre celestial, a Dios le encanta saber de nosotros. Él se deleita en nuestras peticiones, acciones de gracias y alabanza, y siempre está pronto a escuchar nuestro dolor y tristeza. Dios se preocupa por cada uno de nosotros, y promete que nos responderá cada vez que le hablemos.

Filipenses 4:6-7 resume la invitación de Dios a orar, y su don de paz al dialogar con él:


La oración no tiene que incluir palabras o frases sofisticadas. De hecho, no se trata más que de una comunicación sincera que forma parte de una relación sana con Dios.


7.2 ¿Por qué debo orar?
En Mateo 7:7-8, Jesús nos manda e invita a orar.


Con esperanza, fe y confianza en Dios, respondemos a su invitación a orar.


7.3 ¿Cuándo debo orar?
Algunos de los momentos que parecen naturales para orar podrían incluir cuando estamos en la iglesia, antes de las comidas y antes de acostarnos. No obstante, la oración no está reservada únicamente para esos momentos. La Biblia nos invita a "orar sin cesar" (1 Tesalonicenses 5:17).

Dios quiere que permanezcamos en conversación con él. A veces las oraciones pueden ser formales, pero con frecuencia son simplemente una conversación, como cuando conversamos con un amigo. A veces son en voz alta, otras veces hablamos con Dios en nuestros pensamientos, de manera silenciosa. Pero, sean como sean, Dios escucha nuestras oraciones y se alegra cuando tomamos el tiempo para compartir nuestra vida con él.


7.4 ¿Qué debo decir?
Dios nos invita a comunicarnos con él del mismo modo que lo hacemos con un amigo o un miembro de la familia, con quien nos comunicamos no sólo cuando necesitamos pedirle algo, sino que también le llamamos para agradecerle por algo que hizo por nosotros, o para compartir alguna alegría o tristeza que tenemos. Lo mismo sucede con Dios en nuestra vida de oración.

Dios nos invita a que le confesemos nuestros pecados y fracasos, y que le pidamos perdón.


Dios nos hace saber que podemos alabarle por sus grandes obras.


Dios nos invita a expresar nuestro agradecimiento y peticiones.


En otras palabras, podemos hablar con él sobre cualquier cosa; ningún problema es muy grande o muy pequeño para presentárselo a él.

Y también podemos pedirle por los demás, por sus deseos y necesidades, y pedir la bendición de Dios para sus vidas.




7.5 ¿Qué es el Padre Nuestro?
Cuando los discípulos de Jesús le pidieron que les enseñara a orar, él les respondió con lo que hoy conocemos como el "Padre Nuestro". Esta oración es un buen patrón y guía para la oración. En Mateo 6:9-13, Jesús les enseñó a orar a sus discípulos. La traducción tradicional del Padre Nuestro, dice:


Cada frase contiene consejos muy importantes acerca de la oración:

Padre nuestro que estás en los cielos: Nos acercamos a Dios como a un Padre bueno y fiel que nos ama y quiere que estemos en relación con él. Dios es bueno, y promete mostrar su bondad en nuestras vidas.


Santificado sea tu nombre: El nombre de Dios es santo. Nosotros, sus hijos, queremos no sólo honrar su santidad, sino también mostrarla en todo lo que decimos, pensamos y hacemos.


Venga a nos tu reino: Además de desear con ansias que Jesús vuelva y restaure todas las cosas, oramos para que la obra de Dios esté presente en nuestras vidas. Queremos que él prevalezca con su bendición, su verdad y su misión. También oramos para que, a través de nuestra manera de vivir, el mundo que nos rodea pueda ver los caminos generosos, misericordiosos y justos de Dios.


Hágase tu voluntad, así en la tierra como en el cielo: La voluntad de Dios es que todas las personas del mundo sean salvas por fe en Jesucristo. Humildemente sujetamos todas nuestras necesidades y deseos a las metas y deseos de Dios para nuestra vida y para el mundo.


El pan nuestro de cada día dánoslo hoy: Jesús nos hace saber que podemos pedirle a Dios que supla nuestras necesidades diarias, pues él cuida de nosotros proveyendo todo lo que necesitamos.


Perdónanos nuestras deudas, así como nosotros perdonamos a nuestros deudores: Para el perdón de nuestros pecados dependemos de Dios. Le pedimos que su perdón fluya a través de nosotros hacia quienes nos rodean, y que su espíritu de gracia y compasión se arraigue en nuestras relaciones.


No nos dejes caer en la tentación, mas líbranos del mal: Dios no nos tienta, pero a veces nos permite pasar por tiempos difíciles para enseñarnos a confiar en él y no en nosotros mismos o en los demás. Satanás utiliza esas mismas situaciones para tentarnos a dudar del amor de nuestro Padre, y así apartarnos de él y de su voluntad para con nosotros. Por lo tanto, oramos para que Dios nos guarde de todo lo que nos puede alejar de su voluntad y para que nos proteja, junto con nuestros seres queridos, de todo mal y peligro.


7.6 ¿Cómo contesta Dios las oraciones?
Dios contesta cada una de las oraciones de todos los creyentes. A veces dice: "Sí". Otras veces dice: "No, tengo algo mejor en mente". Y otras veces dice: "Todavía no".

A lo largo de los siglos, Dios ha rescatado a las personas de sus problemas y ha suplido sus necesidades. Su mayor "sí" lo dio al enviar a su hijo Jesús para salvarnos de la separación perpetua de él y darnos el regalo de la vida eterna.

Sin embargo, hay ocasiones en que Dios responde con un "no" a nuestras oraciones. Es en esos momentos cuando somos llamados a confiar en él. Jesús mismo experimentó esa respuesta. Incluso cuando con lágrimas le suplicó al Padre que lo librara del sufrimiento que iba a enfrentar en la cruz, Dios le respondió con un "no" (ver Mateo 26:36-42). El plan de Dios era salvarnos a través del sacrificio de su Hijo.

El apóstol Pablo luchó con el "no" que Dios le dio como respuesta a su oración, pero en fe fue capaz de seguir adelante:


A veces Dios responde a nuestras oraciones haciéndonos esperar por él y dejándonos decidir nuestro propio curso de acción. A lo largo de este viaje, se nos llama a confiar en su tiempo y sus caminos, sabiendo que él nos ama y que busca nuestro mayor beneficio, así como también el mayor beneficio para todos los que se verán afectados por sus respuestas a nuestras oraciones.



7.7 Si Dios no dijo "sí" a mi oración, ¿fue porque no oré lo suficiente?
La oración no es un ritual o un trabajo con el que se gana el favor de Dios, o algo que hace que sus deseos se conviertan en realidad. No. La oración es un don de Dios que expresa una relación íntima con él y una firme confianza en él. Dios quiere que usted se le acerque con humildad y confianza. Si su oración no es contestada de la manera que usted espera, está llamado a confiar en su Padre celestial que le ama y promete cuidarle siempre.

Jesús pronunció palabras sabias sobre nuestra vida de oración:


Si Dios ya sabe lo que necesitamos antes de que se lo pidamos, algunos podrían preguntarse ¿por qué debemos orar? Esto es no entender el sentido de la oración. No se trata de lo que podemos obtener de Dios, sino de alimentar y reforzar la confianza y relación con nuestro Dios amoroso y fiel.


7.8 ¿Cómo puedo escuchar a Dios?
En la oración hablamos con Dios, pero ¿cómo hace Dios para respondernos? Muchas personas buscan sus respuestas en las circunstancias de sus vidas, pero cada evento en nuestra vida es como una pequeña pieza de un rompecabezas. Por lo general, cuando estamos pasando por una determinada situación, no podemos entender por qué Dios hace lo que hace, o permite que tal o cual cosa nos suceda. Sin embargo, todo lo que Dios espera de nosotros es que confiemos en su misericordiosa voluntad.

En esos momentos, el único lugar seguro para buscar la respuesta de Dios está en su Palabra:


Como la Palabra de Dios vive en usted, el Espíritu Santo le enseñará y traerá a la mente la Palabra de Dios para su vida. Él fortalecerá su confianza en que el Padre está haciendo lo que es mejor para usted, y las personas que le rodean.


La Biblia le invita a que permita que la Palabra de Dios habite en usted para que esté en sintonía con la dirección y la voluntad de Dios para su vida.



7.9 ¿Qué pasa si no sé qué decir o estoy demasiado molesto para orar?
Cuando no sabe qué decir o ni siquiera puede hablar, la Palabra de Dios promete que el Espíritu Santo ora por usted.


La Biblia también asegura que Jesús mismo intercede por usted; o sea, que ora en su nombre.


Recuerde que Dios le ama. Por lo tanto, él siempre escucha sus oraciones, y atiende y responde a sus necesidades.


7.10 ¿Qué actitud debo tener al orar?
Es importante llegar a Dios con humildad y arrepentimiento, reconociendo nuestra imperfección y fracaso, pero confiando en su misericordia. La oración no es una herramienta para obtener lo que uno quiere. La oración implica rendirse por completo en manos del Salvador que nos ama y se preocupa por cada uno de nosotros.

Dios nos llama a orar:

En fe:


Buscando su voluntad:

En el nombre de su hijo Jesús:

A menudo incluimos estas tres cosas cuando oramos, y luego decimos "Amén". La palabra hebrea "Amén" expresa nuestra firme confianza de que Dios contestará nuestra oración, así como lo ha prometido.Oración final: Padre celestial, qué gran privilegio nos das a tus hijos de que podamos dirigirnos a ti en oración, el Dios y Creador de todo. Dame la confianza de que siempre oirás y contestarás mis oraciones por causa de Jesús. Amén.