Return to Topic >>

1. ¿Por qué Jesús?

Oración de apertura: Señor Dios, son muchas las cosas que se dicen respecto a quién eres y lo que tenemos que hacer para estar bien contigo. En el nombre de Jesús te pido que me muestres tu verdad. Amén.

En general, la vida se desenvuelve en forma rutinaria. De tiempo en tiempo tropezamos con algún inconveniente, pero la mayoría de las veces podemos resolverlo solos. Sin embargo, de vez en cuando nos encontramos con un problema tan grande, que nos sentimos superados y abrumados. Es en esos momentos, cuando nuestra identidad y seguridad se ven amenazados, que pensamos: 'Después de todo, ¿qué sentido tiene la vida? ¿Será qué habrá algo más después de la muerte? ¿Cómo será la eternidad?'

Todos estamos muy ocupados con la vida diaria. Sin embargo, en el fondo también todos queremos saber qué va a pasar en la próxima vida- ¡si es que hay una! A través de la historia, el ser humano ha ideado dos maneras de encarar su destino eterno: o niega que existe vida después de la muerte, o hace algo para ganarla.


1.1. ¿Cómo niegan algunas personas la realidad de la vida después de la muerte?
Algunos lo hacen negando la importancia del tema. Por ejemplo, dicen que la muerte es una parte natural de la vida por lo que debe ser aceptada y que, cuando exhalemos nuestro último aliento, dejaremos de existir. Eso es todo.


1.2. ¿Cómo abordan este tema algunas de las religiones más importantes del mundo?
La mayoría de las religiones enseñan que algo nos espera al otro lado de esta vida. A continuación hay algunos ejemplos de las tres religiones más importantes del mundo:

ISLAM — Para los musulmanes, el propósito de la vida es vivir de una manera que agrade a Alá—la palabra en árabe para Dios. Esto se hace para ganar acceso al paraíso. Al final, el destino eterno de una persona es determinado de acuerdo a la cantidad de buenas obras que haya hecho, las cuales compensan las malas. El nombre de esta religión tiene su origen en la palabra "aslama" que significa "sometimiento", ya que el profeta Mahoma enseñó que la paz se logra sometiendo la vida a Alá. Mahoma (nacido en 570 a.C.) fundó la religión cuando se enojó contra la idolatría y la inmoralidad que reinaban en Arabia. Utilizando su famosa frase: "No hay más Dios que Alá, y Mahoma es su profeta," emprendió una "guerra santa", conquistando la mayor parte de Arabia y eliminando a las otras deidades.

El Corán, el libro santo del Islam, contiene las enseñanzas de Mahoma. El mismo fue escrito por sus seguidores después de su muerte. El Corán eleva a Mahoma, afirmando que Jesús fue su predecesor, y muestra a Alá como una deidad que está en lo alto y que es independiente de su creación material.

El Islam se basa en los siguientes cinco pilares:


Estas son las cinco prácticas obligatorias de la vida musulmana. El Islam afirma que Alá es un Dios de recompensa y castigo, y afirma que es tonto creer en un Dios de amor o gracia, como el de los cristianos.


HINDUÍSMO — Esta es la tercera religión más grande del mundo, después del cristianismo y el Islam. El hinduismo enseña que, cada vez que el cuerpo muere, el alma no muere sino que renace en forma humana o animal. A este ciclo de muerte y renacimiento se le llama reencarnación. Los hindúes pueden esperar hasta diez mil rencarnaciones antes de llegar a la perfección espiritual.

El hinduismo tuvo su origen en las culturas tribales de la India. Tiene muchas prácticas, filosofías y leyes, y no tiene un solo dios. El hinduismo cree que, cuando una persona adora a cualquier dios, esa alabanza está siendo recibida por el dios supremo llamado Brahma. Las deidades están presentes en imagen esculpidas; por lo tanto, a esos ídolos se les ofrece comida y cuidado físico.

Probablemente ya ha escuchado sobre el "karma". Esta regla afirma que nuestras acciones buenas y malas tienen consecuencias en esta vida y en la siguiente, y afectan cómo nuestra alma renacerá en nuestra siguiente reencarnación. Una vez que se llegue a la perfección espiritual, el alma se une con el Ser Supremo en total iluminación y paz.

Tener múltiples oportunidades en la vida terrenal puede sonar maravilloso al principio, pero los hindúes conocen bien las desventajas de vivir en este mundo imperfecto y sufriente. El objetivo de su fe es vivir la vida de manera tan ejemplar, que finalmente las personas se liberan del ciclo de repetidas reencarnaciones, y se unen con el Ser Supremo para siempre.


BUDISMO — El enfoque en el budismo no está en la relación con un dios; por el contrario, se trata de lograr la libertad desprendiéndose totalmente de todos los sentimientos y pasiones. Esa libertad se llama Nirvana. El Zen es el budismo japonés. "Buda" significa "el que está despierto". ¿Ha visto alguna vez una estatua de un corpulento Buda con una mirada pacífica y satisfecha en su cara? Es el fundador del budismo: Sidarta Gautama.

El budismo enseña el camino óctuple hacia esa libertad: comprensión correcta, pensamiento correctamente dirigido, discurso correcto, acción correcta, forma correcta de ganarse la vida, concientización correcta, esfuerzo correcto, y concentración correcta. ¿Parecen muchas cosas para hacer de manera correcta?


1.3. ¿Con qué regla somos medidos?
Una tendencia común en todas las religiones, excepto en el cristianismo, es la exigencia del logro personal, o sea, que debemos hacer algo para alcanzar la paz perfecta o ganar el favor de Dios. Pero esto tiene algunos problemas importantes. ¿Cómo sabemos que hemos sido suficientemente buenos? ¿Acaso podemos esperar que el Dios santo y perfecto acepte nuestro comportamiento imperfecto y pecaminoso? Veamos lo que dice la Biblia.



1.4. ¿De qué somos realmente capaces?
Todas las religiones, excepto el cristianismo, están basadas en los logros humanos frente a algunas exigencias de Dios. Sin embargo, la Biblia nos dice la verdad sobre las capacidades humanas en el tercer capítulo de la carta de Pablo a los Romanos.


Los seres humanos pueden hacer cosas que nos parecen maravillosas y nobles, pero sólo Dios es perfectamente santo y justo. Su absoluta pureza exige nuestra absoluta pureza si queremos vivir con él en el paraíso después de esta vida. Cada uno de nosotros está sobrecargado con pecados que merecen el castigo de Dios.


1.5. ¿Qué quiere hacer Dios al respecto?
¡Todo! Sabiendo que no tenemos poder para salvarnos a nosotros mismos, Dios envió a su Hijo para que hiciera algo completamente revolucionario. Jesucristo, el Hijo eterno de Dios, tomó nuestra naturaleza humana y—como nuestro Sustituto—cumplió perfectamente la ley de Dios durante toda su vida. Luego hizo un gran intercambio, dándonos su vida perfecta de obediencia a cambio de todos nuestros pecados y fallas, los cuales llevó a la cruz donde sufrió sus consecuencias en nuestro lugar.


Con su resurrección, Jesús venció la muerte—el enemigo que nosotros nunca podríamos vencer—y nos abrió las puertas del cielo para la vida eterna.


Mientras todas las otras religiones, ideologías y filosofías del mundo exigen que Dios baje sus parámetros para que las personas puedan estar a la altura para ir al cielo, el cristianismo mantiene los parámetros perfectos de Dios a través del Salvador perfecto que rescató a la humanidad de la desolación, el dolor, la imperfección, el fracaso y el pecado.


1.6. ¿Cuál es el objetivo final de Dios?
Por nosotros mismos no podemos conectarnos con Dios. Pero las buenas noticias son que Dios se conecta con nosotros. Lo ha estado haciendo desde el principio de los tiempos de maneras increíbles. Para restaurar nuestra conexión con Dios, la cual se había roto por causa de nuestro pecado, Jesús pagó —¡con su propia muerte! — el precio que nosotros debíamos haber pagado. Este es el amor más auténtico, sorprendente y valiente que pudiera imaginarse.

Compare la vida eterna que Jesús promete en el paraíso, con lo que ofrecen las otras religiones. Junto a Dios viviremos en perfecta paz y armonía, a la vez que seguiremos disfrutando de las emociones y las santas pasiones que Dios creó para que disfrutáramos. Viviremos en un mundo perfectamente moral donde todas las personas se amarán cuidarán mutuamente, donde no habrá dolor, ni llanto, ni lágrimas. Pero lo mejor de todo es que viviremos para siempre en la presencia de nuestro Dios y Padre.

Oración final: Padre celestial, gracias por ser santo y perfecto y por proporcionarnos un camino mediante tu Hijo Jesús para que nosotros también podamos ser perfectos. Perdónanos todas nuestras equivocaciones, y danos paz ahora y siempre. En el nombre de Jesús. Amén.